miércoles

EL ÚLTIMO FAN DE DAVID BOWIE

 Como buen subdito de un gobierno que durante medio siglo anatemizó todo lo que olía a capitalismo, las canciones de mi juventud fueron precisamente aquellas que no me gustaban.
Así, para mí, los Beatles dejaron de ser una peligrosa "desviación ideológica" varios años después del  asesinato de John Lennnon. Y descubrí a mis contemporáneos los Rolling, a Queen, Dylan y etcétera a través de mis hijos ya adultos.
Alguién, algún avispado, pensará que  vivo con demasiado  retraso. Lo siento, soy así, lento en llegar; pero cuando llego lo hago a gusto y a fondo, lo cual también puede ser bueno según de qué cosas se trate.

Ahora, cuando ambos transitamos la sesentena, acabo de descubrir a David Bowie que, por cierto, anuncia nuevo disco luego de diez años de silencio. La canción que hoy  quiero compartir es Héroes:

Yo quisiera poder nadar como los delfines, como los delfines quisiera nadar
Aunque nada los hará alejarse (a los malos) podemos vencerlos por siempre y para siempre
Podemos ser héroes solo por un día...

No somos nada y nadie podrá ayudarnos
Tal vez nos están mintiendo, y entonces mejor no quedarse, pero podríamos ser héroes solo por un día...

 Aquí está el enlace a la canción en Youtube, y que cada cual la interprete como mejor le parezca:
Heroes - David Bowie - En vivo - Subtitulado Castellano - YouTube 

jueves

ESCÚCHAME LA VOZ

Carmina Benguría es una reconocida declamadora, una preciada gloria de la época en que los teatros rebosaban de gentes dispuestas a vibrar con la fuerza de la buena poesía. Pero Carmina es algo más que la niña menuda y enérgica que encandilara a los premios Nóbel Gabriela Mistral, Pablo Neruda y Juan Ramón Jiménez, entre tantas otras personalidades. Es bastante más que la joven acreedora del reconocimiento oficial de los gobiernos español, mexicano  y ecuatoriano; la que a mediados del siglo XX enamorara a toda iberoamérica interpretando, dando nueva vida, a los grandes poetas de nuestra lengua. Es Carmina mucho más que la mujer exiliada, fiel a sus convicciones, cinco décadas anteponiendo el decoro a la comodidad. Es aún más que la ardiente defensora de José Martí, empeñada en develar su verdadera esencia de Avatar. 
Carmina Benguria es una cubana encantadora que a su 92 primaveras acaba de publicar un poemario inefable: ESCÚCHAME LA VOZ (Editorial Ego Group, Miami).
 

Quite de mi lo imperfecto
enderece lo torcido
barra yo lo tenebroso
reine en mi lo Divino

Nos dice Carmina en su poema Voluntad. Gracias, buena amiga, por tu generosa presencia. Bien sabes cuanto agradezco el haber atravesado el Atlántico para poder conocerte.

lunes

VIEJO CUENTO DE INVIERNO


Un presidente cualquiera, animado vaya usted a saber por qué razones, decide liberar un país ubicado a diez mil kilómetros de distancia del suyo y los bombardeos que ajustician al tirano de aquel país también asesinan a la esposa e hijos de un campesino analfabeto.

El presidente se convierte en una figura mundial gracias a su victoriosa actuación y el campesino vaga por los calcinados campos de su patria con el alma destrozada,  meditando -quizás- la futura venganza. Nunca sabrán el uno del otro, pero victimas y victimario se encuentran unidos para siempre por los caprichos del azar aparente.

Todo en esta vida es frágil. Por eso deberíamos medir cada gesto y palabra que lanzamos al universo. Puede que no tengamos fuerzas para arrasar una nación; pero con nuestras actuaciones egoistas podemos asesinar las mejores ilusiones de un niño, de un anciano o del posible amor de nuestras vidas.

DIALÉCTICA DE LA OPORTUNIDAD



Este mundo está en permanente cambio. Nada hay estable en él y lo que hoy es posible mañana no lo será. A menudo ignoramos esta verdad elemental que suele marcar la diferencia entre la victoria o la derrota de nuestras más íntimas esperanzas.

Con demasiada frecuencia perdemos las mejores oportunidades de nuestras vidas por actuar a destiempo, ya sea que nos anticipemos o, lo que es mucho más común, que actuemos demasiado tarde. Las condiciones para alcanzar nuestros sueños están hoy creadas, aparentemente estables e inalterables. Y al parecer todo asegurado, lo dejamos para luego, olvidando que “luego” nunca llegará.
 
Dos días seguidos con un sol radiante no implican, para nada, que al tercer día no aparecerá la tormenta.