martes

LA PIEL DEL GRITO

 


 Una joven autista que depende de su madre para subsistir, dos esquizofrénicos diagnosticados, una campesina visionaria, un antiguo barbero comunista devenido en diplomático y un excéntrico ermitaño refugiado en el monte. ¿Qué tienen en común?: Los seis son cubanos, han vivido en precarias condiciones materiales, carecen de estudios artísticos y -cada uno por su lado- tienen una interesante trayectoria dentro del Outsider Art.

La investigadora y crítica de arte Yaisis Ojeda Becerra ha reunido hábilmente en La piel del grito (Editorial Hypermedia, España, 2022) las entrevistas realizadas por ella a estos creadores autodidactas, que de otra manera serían para muchos de nosotros unos perfectos desconocidos. Confieso que por dos veces he leído con placer este libro; y tanto o más que las atractivas obras de los artistas entrevistados me han emocionado los testimonios de sus trayectorias vitales, sus lúcidas observaciones sobre la naturaleza humana, sus particulares universos interiores, sus dramas personales y el incondicional impulso creativo que da verdadero sentido a sus vidas.

Más allá del disfrute estético que provoca el conocimiento de la sugestiva obra de unos creadores intuitivos y nada ortodoxos, La piel del grito constituye una sólida defensa de los seres humanos “imperfectos”, esos que a menudo desechamos atendiendo a su minusvalía síquica o actitudes sociales poco convencionales. Seres ajenos al egoísmo, la vanidad, la hipocresía, la envidia, el odio, la maldad. Seres que con sus filosofías de vida y espontáneas obras de arte dignifican a la raza humana.

"El espejo sirve para verse la cara; el arte, para verse el alma", escribió hace un siglo George Bernard Shaw.

La piel del grito no solo nos permite entrever el alma de su autora y de sus entrevistados; también, si nos lo proponemos, coloca nuestra propia alma frente al espejo.

 


 

domingo

CUENTO DE NAVIDAD: ¿AMAR A LOS ENEMIGOS?, ¡TÚ ESTÁS LOCO!

 

 Hace algún tiempo tropecé con el pasaje bíblico donde Jesús de Nazaret dice: “Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced el bien a los que os odian y orad por los que os ultrajan y persiguen...”.

¿Cómo es posible amar a quien nos ultraja y persigue? Eso es un sinsentido que aparentemente va contra la propia naturaleza humana. Pero dándole vueltas al asunto pensé que por alguna razón las palabras de Jesús han resistido dos mil años de historia, y buscando en los estudios sobre los textos originales del Nuevo testamento supe que, en este caso, el verbo griego traducido al castellano como “Amar” es “Agapao”: Hacer el bien sin esperar nada a cambio. Y ese principio básico del bien es también la base que da vida al concepto “amar a los enemigos”.

El odio solo genera odio, y la muerte engendra más muerte, así ha sido siempre desde el comienzo de los tiempos. Pagar mal con mal solo fortalece el mal y nos hace semejantes a él; pagar el mal con bien, debilita al mal y evita su extensión. El perdón es un bálsamo universal que a menudo no sabemos cómo aplicar, porque a la hora de remitir las ofensas recibidas olvidamos (o desconocemos) que Perdonar no es olvidar el daño que nos han hecho, ni renunciar a hacer justicia; perdonar es no guardar dentro de uno el veneno del resentimiento y la venganza. Veneno que, por otra parte, solo corroe y destruye el alma de quien lo padece en su interior.

Tender desinteresadamente la mano no sólo al prójimo que lo necesita, sino también a quienes te han hecho daño y han caído en desgracia. Ésa es la gran utopía posible, la verdadera Revolución que aún espera, la postrera posibilidad del ser humano. Bien sé -tan tonto no soy- que no puedo cambiar a los demás pero, si aspiro a vivir en un mundo mejor, al menos tengo la obligación de intentar cambiarme a mí mismo.

Este es, creo yo, el verdadero mensaje permanente de la Navidad. Lo otro es hipocresía y fuegos de artificio. 

 

 

martes

YO NO TE PIDO

Yo no te pido que me bajes una estrella azul, solo te pido que mi espacio llenes con tu luz.

Yo no te pido que me firmes diez papeles grises para amar, solo te pido que tú quieras las palomas que suelo mirar.

El pasado no lo voy a negar, el futuro algún día llegará y del presente, qué me importa la gente si es que siempre van a hablar.

Sigue llenando este minuto de razones para respirar. No me complazcas, no te niegues, no hables por hablar.

Yo no te pido que me bajes una estrella azul: solo te pido que mi espacio llenes con tu luz QUERIDO PABLO.
 



No te volveremos a abrazar; ni tus ojos atentos, tan llenos siempre de cómplice afecto, nos verán. Que un día esto nos iba a pasar a todos ya lo sabíamos tú y yo hace más de cincuenta años, pero en ese entonces no nos importaba demasiado... El final parecía tan lejano!!

RECITAL DE JOAQUÍN SABINA Y PABLO EN EL TEATRO MONUMENTAL DE MADRID - ABRIL DE 1994

https://www.rtve.es/play/videos/musica-en-el-archivo-de-rtve/concierto-fundacion-pablo-milanes/6741446/