martes

EL GITARRISTA DE LAS TRES CUERDAS

Joven, flaco, alto, con el pelo largo anudado en un moño y barba en la que ya aparecen las primeras canas. Acento del sur.

Canta en inglés, moviéndose despacio entre las mesas de la cafetería. Nadie le hace el más mínimo caso. Lo llamo, le doy una moneda de dos euros y el rostro se le ilumina: “Gracias. Llevo en esto desde las diez de la mañana, son las dos de la tarde y con lo que usted me ha dado ya tengo 3.50”.

Entonces me nuestra su guitarra. Le faltan las cuerdas de la cuarta a la sexta. “Aunque no coma hoy, voy a comprar al menos una de las cuerdas que le faltan a esta guitarra”, afirma con entusiasmo.

La gente de las mesas cercanas mira para el cielo, hoy también amenaza la lluvia.