domingo

DESDE EL JARDÍN: DETERMINISMO EXISTENCIAL


Todo en este mundo parece estar escrito de antemano.  No creo en la casualidad, ni siquiera en la suerte o la oportunidad. Creo, porque así me lo ha enseñado la vida, en lo que llamo La Providencia; y también en el papel que juega el libre albedrío -nuestras decisiones personales- ante los retos que nos impone la providencia. 
 
 

 
Ante nuestros limitados ojos, el Universo infinito se presenta como un desorden incomprensible. Y, sin embargo, este caos aparente en realidad es un todo armónicamente estructurado que desde el comienzo de los tiempos funciona con milimétrica precisión. Todo es predecible en el Universo, porque él está regido por leyes inalterables. Y ser adivino es fácil cuando se conoce, aunque sea parcialmente, el funcionamiento de esas leyes.
 
A medida que vamos conociendo los principios que rigen el universo, el misterio que supone lo incomprensible deja de ser asunto de dioses todopoderosos para convertirse en una asignatura más de la enseñanza elemental. Lo que ayer era un misterio insondable para los sabios del momento hoy forma parte natural de nuestras vidas, y así será mañana con lo que hoy todavía nos intriga. Cuando yo nací, la televisión estaba por descubrir; hoy, para mi nieto, el milagro de la internet y la comunicación universal forma parte natural de su existencia. Y así, mañana los misterios que hoy nos quitan el sueño serán detalles corrientes para todos.
 
 

 
Somos hormigas, ínfimos microbios, dentro del Universo infinito; pero a la vez, cada uno de nosotros es un Universo en sí mismo. Y al igual que hay leyes que rigen el mundo exterior, otras leyes rigen nuestro mundo interior. Si aprendemos a conocerlas transitaremos por la vida en plena armonía con ella y con nuestros semejantes. Uno no puede cambiar las realidades que nos impone lo que yo llamo la providencia, pero sí puede actuar en consecuencia y tomar las decisiones acertadas a esa realidad. Algo muy fácil de decir y difícil de alcanzar.
 
Y por último, queridos amigos y amigas, si de vinos se trata recomiendo el Ribera del Duero de las bodegas Milagros de Figuero.  Exquisito. Acabo de vaciar la botella que me ha incitado a escribir estas líneas y todo lo veo clarito.