Silencio en el patio. Sol leve, brisa y nubes
altas. Una paloma torcaz pasa volando, dejando tras sí el peculiar sonido que
produce al batir sus alas. El patio ha vuelto a llenarse de flores, y de
insectos. En el cielo azul pastel las nubes parecen brochazos dados por un
gigantesco pincel. Trazos alargados, curvos, acaracolados que Dios ha querido
pintar en la tarde.