viernes

REMANDO EN LA RÍA

Logró hacerse con un pequeño barco de remos. Entonces, en su tiempo libre salía a navegar por la ría. En la mar el tiempo pasaba con rapidez y no pensaba en otra cosa que no fuera navegar.
A veces el viento hacía peligrosa la navegación, pero él salía igual y el bote saltaba empujado por las olas, permaneciendo un instante suspendido en el aire antes de zambullirse en la mar, para volver a flotar de nuevo.
En los días de mar serena los curiosos arroaces se acercaban a verle. Y las sardinas nadaban aterrorizadas cerca de la superficie, acosadas por las rinchas que se alimentaban de ellas, y las gaviotas acudían en masa al festín de las pobres sardinas que saltaban fuera del agua.  “La vida se alimenta de la vida” pensaba, recordando que también la muerte se alimenta de la vida.