Combatir a la intolerancia desde
la intolerancia es como querer apagar un fuego echándole gasolina: una necedad.
El frío se combate con calor, la injusticia con justicia, el dolor
con calmantes, la oscuridad con la luz, la mentira con la verdad, el fuego con agua y la maldad con el
bien.
Si de verdad quieres mejorar este mundo que tan poco te gusta debes empezar por respetar y escuchar a aquellos que no piensan como tú. De lo contrario, no serás más que un un sumiso esclavo de lo malo que dices querer cambiar.
¿Comprendes, hermano?