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LOS CÍRCULOS CONCÉNTRICOS DE NUESTRAS VIDAS

  Pescar no es solo atrapar peces. Pescando se aprenden ciertas cosas: a escudriñar los sutiles misterios de la naturaleza, a compartir riesgos y experiencias con socios de aventuras, a meditar en las cosas que a uno le interesan o preocupan… Pescando se mantiene al cuerpo en forma, se limpia y oxigena la mente, y a veces hasta se captura un pez.

   Hace pocos días estuve en el embalse de Eiras, buscando esas agresivas black bass que tanta emoción procuran a los pescadores de agua dulce. Y en un momento de absoluta paz, justo antes del amanecer, para llamar la atención de las bass se me ocurrió lanzar una piedra al agua.

 

    La piedra cayó con un sonoro plomb, formando en la superficie sucesivos círculos concéntricos que se expandían lentamente. Pensé entonces (ya se sabe que soy fruto de un parto complicado) que yo era esa piedra y que cada uno de los círculos eran las líneas de mis afectos: el primer círculo lo formaban mi esposa, hijos y nietos; el segundo los familiares cercanos y los amigos entrañables, el tercero los compañeros de múltiples batallas… y así sucesivamente, hasta llegar al último y difuso círculo de mis filias personales.  

 Todos nuestros afectos forman parte de un conjunto de círculos concéntricos en cuyo centro está la piedra que uno es; pero no todo es esencial ni tan importante como esas primeras circunferencias, que son las que dan lugar a las siguientes y les preceden en importancia. El error que (movidos por un estúpido interés personal o por resentimientos estériles) a menudo cometemos es priorizar los afectos lejanos en detrimento de los cercanos. Este es el caso de quien, por ejemplo, está obsesivamente involucrado en la tarea de recuperar los restos de su bisabuelo asesinado durante la Guerra Civil de 1936 y al mismo tiempo es incapaz de dedicarle a sus padres, a sus hijos, a su pareja, a sus hermanos vivos el tiempo, el cariño y la comprensión que ellos necesitan y esperan.

Y donde puse Guerra Civil podemos poner cualquier otra cosa: desde el fútbol de primera división y los avatares  íntimos del famosillo de turno hasta la tan ansiada por algunos revolución social.