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viernes

CARMINA, CUATRO AÑOS SIN TI

  
 

Qué rápido pasa el tiempo. O, mejor dicho: Qué rápido pasan nuestras vidas.

Este viernes harán cuatro años de la noche en que Carmina nos dijo adiós. Se fue, según ella, para viajar de estrella en estrella hasta el rincón del Universo donde palpita el génesis de la buena poesía.

¡Cuánto extraño su presencia! ¡Con cuánto cariño la recuerdo! 
Durante siete años que parecían infinitos me enseñó todo lo que yo era capaz de aprender. Y en torno a su figura hizo crecer amigos donde antes había extraños para mí.     

Solo puede liberar quién ha sido liberado.
Solo puede enseñar aquel que ha aprendido.
Solo puede amar quién ha sido amado.
Solo puede comprender el dolor aquel que lo ha sufrido.
Solo tú puedes entender lo que hay en el fondo de mi yo.

 ¡Hasta muy pronto en el tiempo, querida amiga! 




martes

CARMINA BENGURÍA: SOLO EL AMOR CONSTRUYE

En enero del año 2011, una llamada telefónica me sacó del sofá: un viejo amigo me invitaba a pasar una temporada en su casa de Miami. “Acabo de conocer a una pareja de ancianos que son parte de la historia viva de Cuba. Deberías conocerlos…”, dijo en aquella conversación.
Partí para Miami, lejos del húmedo invierno gallego, pensando en compartir un tiempo especial con mi amigo y su familia y, de paso, conocer a esos ancianos que tanto le habían impresionado.
Roberto Estopiñán y Carmina Benguría vivían solos en un sencillo apartamento de Kendall. Ambos pasaban de los noventa años y, a pesar de los achaques físicos propios de la edad, conservaban intactas sus capacidades intelectuales.
En Roberto, escultor y dibujante considerado un exponente destacado de las artes plásticas cubanas, me sorprendieron sus ojos, penetrantes y lúcidos; Roberto era una mirada sabia e irónica, insolente y benévola, pícara a la vida. Y, a pesar del medio siglo que llevaba viviendo en los Estados Unidos, no había perdido ni un ápice de su habanera cubanía.
En la esposa de Roberto, Carmina, encontré a una preciada gloria de la época en que los teatros rebosaban de personas dispuestas a vibrar con la fuerza de la buena poesía. Pero, a poco de hurgar en ella, descubrí en Carmina algo más que la joven que a mediados del siglo XX enamoró a toda Hispanoamérica interpretando, dando nueva vida, a los grandes poetas de nuestra lengua; descubrí que había algo más dentro de esa mujer condecorada por los gobiernos de Cuba, España, Perú y Ecuador con sus máximas distinciones culturales; había en ella algo más que la persona cinco décadas expatriada, fiel a sus convicciones martianas y humanistas. Simplemente, descubrí en Carmina a un ser entrañable.

Regresé a España con la sensación de haber conocido a dos figuras extraordinarias. Y cada cierto tiempo les llamaba por teléfono, interesándome por su salud, contándoles mis avatares, aprendiendo de ellos.
En enero de 2015 me sorprendió la noticia de la muerte de Roberto y la gravedad de Carmina, ingresada en la sala de terapia intensiva de un hospital de Miami. Cuando logré localizarla por teléfono, Carmina en el hospital y yo en España, iniciamos una serie de conversaciones diarias en las que ella me contaba su estado y yo intentaba darle ánimos.
Luego, al ser internada Carmina en el Miami Jewish Home, durante casi dos años continuaron nuestras conversaciones telefónicas, que a menudo duraban varias horas. Así, un día comprendí que desde la soledad de su habitación Carmina estaba desnudando su vida, confiándome a corazón abierto todo lo aprendido en su largo e intenso recorrido por este mundo. Y en noviembre de 2016 viajé de nuevo a Miami, esta vez para estar un mes con ella, compartiendo un tiempo precioso.

Buena parte de nuestras conversaciones íntimas -con el consentimiento expreso de Carmina, que revisó el texto antes de ser publicado- están reflejadas en el libro Solo el amor construye que acaba de sacar a la luz la editorial granadina Distrito 93. 



Esta obra puede adquirirse en España directamente en las librerías de El Corte Inglés, La Casa del libro y Agapea, entre otras. También se puede solicitar por internet el envío a través de la Editorial Distrito 93 (www.distrito93.com).

Los que viven fuera de España, pueden encontrar el libro en las páginas de Ebay (www.ebay.es) y Amazon (www.amazon.es) poniendo en el buscador las palabras "Solo el amor construye".
En la web del Centro de exportación de libros españoles (CELESA) (www.celesa.com) se deben poner en el buscador las palabras "Carmina Benguria Solo el amor construye".




Nadie quedará indiferente ante la lectura de las confidencias de Carmina, de eso estoy convencido.

jueves

ESCÚCHAME LA VOZ

Carmina Benguría es una reconocida declamadora, una preciada gloria de la época en que los teatros rebosaban de gentes dispuestas a vibrar con la fuerza de la buena poesía. Pero Carmina es algo más que la niña menuda y enérgica que encandilara a los premios Nóbel Gabriela Mistral, Pablo Neruda y Juan Ramón Jiménez, entre tantas otras personalidades. Es bastante más que la joven acreedora del reconocimiento oficial de los gobiernos español, mexicano  y ecuatoriano; la que a mediados del siglo XX enamorara a toda iberoamérica interpretando, dando nueva vida, a los grandes poetas de nuestra lengua. Es Carmina mucho más que la mujer exiliada, fiel a sus convicciones, cinco décadas anteponiendo el decoro a la comodidad. Es aún más que la ardiente defensora de José Martí, empeñada en develar su verdadera esencia de Avatar. 
Carmina Benguria es una cubana encantadora que a su 92 primaveras acaba de publicar un poemario inefable: ESCÚCHAME LA VOZ (Editorial Ego Group, Miami).
 

Quite de mi lo imperfecto
enderece lo torcido
barra yo lo tenebroso
reine en mi lo Divino

Nos dice Carmina en su poema Voluntad. Gracias, buena amiga, por tu generosa presencia. Bien sabes cuanto agradezco el haber atravesado el Atlántico para poder conocerte.