viernes

REMANDO EN LA RÍA

Logró hacerse con un pequeño barco de remos. Entonces, en su tiempo libre salía a navegar por la ría. En la mar el tiempo pasaba con rapidez y no pensaba en otra cosa que no fuera navegar.
A veces el viento hacía peligrosa la navegación, pero él salía igual y el bote saltaba empujado por las olas, permaneciendo un instante suspendido en el aire antes de zambullirse en la mar, para volver a flotar de nuevo.
En los días de mar serena los curiosos arroaces se acercaban a verle. Y las sardinas nadaban aterrorizadas cerca de la superficie, acosadas por las rinchas que se alimentaban de ellas, y las gaviotas acudían en masa al festín de las pobres sardinas que saltaban fuera del agua.  “La vida se alimenta de la vida” pensaba, recordando que también la muerte se alimenta de la vida.

jueves

NO DÍA DAS LETRAS GALEGAS

Como escritor, Marcelino Fernández Mallo ten a capacidade de sorprenderme. Acabo de ler a súa última obra, Pallarega, na que conta con enxeño unha historia verdadeira e próxima, desas que nos deixan con desexos de seguir lendo.

E digo que Marcelino me sorprende como escritor porque as súas obras non repiten estilo ou temas. Klásicos, a súa anterior novela, asombroume non só pola profundidade psicolóxica do personaxe (Horacio) senón tamén polo maxistral ritmo interior da narración.

Marcelino non escribe por diñeiro ou vaidade. Escribe porque lle apetece e quere compartir a súa mensaxe, defender as súas ideas.
E coa súa obra, talvez sen pretendelo, fortalece e engrandece á cultura galega e, con ela, a universal. Xente como el resulta imprescindible nesta terra.

















lunes

LAS NUBES DE MAYO

   Silencio en el patio. Sol leve, brisa y nubes altas. Una paloma torcaz pasa volando, dejando tras sí el peculiar sonido que produce al batir sus alas. El patio ha vuelto a llenarse de flores, y de insectos. En el cielo azul pastel las nubes parecen brochazos dados por un gigantesco pincel. Trazos alargados, curvos, acaracolados que Dios ha querido pintar en la tarde.




viernes

EL PINTOR DE OPORTO


Estaba arrodillado en una acera salpicada de colillas de cigarros, dibujando vistas de la ciudad a cambio de la voluntad.
Se firma Henrique y me regaló un detallado dibujo de Oporto visto desde Vilanova de Gaia, con el conocido puente por el que aún pasan tranvías al fondo.

Gracias, Henrique. Con tu vertical decoro dignificas al arte y a la ciudad que pintas.

martes

SIMPLE CUESTIÓN DE FE

El puente románico de A Ramallosa, erigido en el siglo XIII sobre las ruinas de otro destruido por Almanzor, es depositario de al menos un par de  interesantes leyendas.


En el centro del puente hay un viejo cruceiro a cuyos pies se colocó hace tiempo una imagen de San Telmo, el patrón de los navegantes. La primera leyenda afirma que fue el propio San Telmo quién mandó a construir el puente y con su presencia lo protege de las fuertes tormentas del otoño-invierno gallego.
La segunda leyenda habla de la fertilidad y tiene varias versiones. Aunque todas ellas coinciden en afirmar que las mujeres que por alguna razón no pueden tener hijos deben ir  al puente a medianoche y pedirle al primer hombre que se les cruce que tomen agua del río y se la echen sobre el vientre. Si el hombre acepta se convierte en el padrino de la futura criatura.
Viejas historias que -foclore y turismo aparte-  nada tienen que ver con nuestro pragmático siglo XXI, el de la píldora del día después.
Pero, hace unos días se me ocurrió dar una caminata por la zona, que tiene unos paisajes formidables, y tropecé en el centro del puente con un puñado de flores frescas y velas encendidas. Ofrendas de pocas horas atrás, quizá de la medianoche anterior.

No creo que esas ofrendas tuvieran como objetivo  proteger al puente de las mareas altas, y todo parece indicar que obedecían a la desesperada petición de un hijo sano, fruto del amor. 


Si mi suposición fuera cierta le deseo de todo corazón a las personas que pusieron las ofrendas que su fe se vea recompensada. Y, si es necesario, me ofrezco como padrino de al menos una de las criaturas. Que no todo el mundo tiene un padrino cubano, casi agnóstico e insolvente. Amén.

viernes

ESTOPIÑÁN, INVICTO A LOS 91

Roberto Estopiñán, Estopa, el conocido escultor acaba de cumplir 91 años. Y lo ha celebrado  a su manera: creando, esculpiendo, haciendo nuevos bocetos; enamorado de los torsos femeninos, y  de la vida.

Considerado uno de los principales exponentes de las artes plásticas cubanas, cotizado internacionalmente, con obras expuestas en importantes museos y salas del mundo, Estopiñán vive en Miami, en un sencillo apartamento, acompañado por su esposa de toda la vida, la célebre declamadora Carmina Benguría. 

Allí, a su apartamento, fui a conocerlo hace pocas semanas. Me sorprendieron unos ojos penetrantes y lúcidos. Roberto Estopiñán es una mirada sabia e irónica, sensual e insolente, benévola, pícara y escrudiñadora a la vida; el resto no es más que el cuerpo que sostiene esa mirada y el puro que nunca le abandona.

No ha perdido Estopa ni un ápice de su cubanía, a pesar del medio siglo que lleva exiliado en los Estados Unidos. Nunca ha vuelto a poner los pies en esa Habana que tanto ama, dice que por decoro y coherencia con su forma de pensar. 

En una habitación en la que dice ver fantasmas, y que generalmente está con la puerta entreabierta, lo vi moldear con sus manos el yeso que daría vida a la más joven de sus esculturas. La luz del sol entraba por una ventana y  destacaba la silueta de Estopa limando la pieza. Era una imagen perfecta, la del anciano escultor trabajando en su pequeño taller, concentrado, absorto en el torso que estaba creando. Y en el aire de la habitación, flotando en el sol, brillaban las partículas de yeso que le sobraban al cuerpo de mujer que él  construía. Porque se trataba, no podía ser de otra manera, de un torso femenino sensual e incitante. Luego, le acompañé a  la fundición, a recoger el yeso transformado en bronce. Y allí le fotografié exultante, orgulloso de su nueva hija, sencillamente feliz. 

Mirando su última obra recordé que varios días atrás Estopa había destruido varios moldes antiguos. “Es una tradición entre los escultores: cuando uno la va a palmar rompe todos sus moldes, para que nadie los pueda utilizar más adelante” me comentó en esa ocasión. Por una parte destruye sus moldes viejos y por la otra sigue dando vida a  nuevos moldes. No conoce Estopa la derrota, porque nunca la ha aceptado. Y así se nos muestra a los 91: Invicto y sonriéndole a la vida.

sábado

PROCRASTINATOR

La procrastinación es el hábito de dejar para mañana lo que deberíamos hacer hoy, y ocupar ese tiempo -el de hoy- en cosas más agradables e intrascendentes. Es característico en este vicio que lo dejado para mañana también suele postergarse para pasado mañana. Así, al final muy probablemente terminaremos incumpliendo la tarea que debíamos acometer, echándole la culpa del stress resultante  al exceso o la falta de lluvias en el norte de África, o a cualquier otra cosa por el estilo.   


Tengo un amigo que es serio candidato a procrastinator crónico: todos los días se sienta a las ocho de la mañana frente al ordenador, dispuesto a sacar adelante el primer capítulo de su última novela; pero, entonces, un oscuro impulso le lleva a revisar el correo electrónico, por si ha llegado algún mensaje importante; y, luego, ya que está metido en internet decide darle un rápido vistazo al facebook de los conocidos que viven al otro lado del Atlántico. Cuando finalmente mira el reloj resulta que es la hora de la merienda y mientras devora su manzana comprueba si en La Sexta 3 ponen alguna película interesante. Cuando se termina la película ya está demasiado cerca la hora de la comida y decide que no vale la pena complicarse con una escritura que va a quedar a medias. Por la tarde nada hay que hacer, porque es el tiempo de sacar el perro a mear y solucionar los pequeños problemas de la vida cotidiana. Así, un día tras otro en los últimos tiempos. Como diría un viejo comunista: "de victoria en victoria hasta la derrota final".


Llevaba yo varias semanas pensando en la importancia de escribir esta nota, pero siempre tropezaba con alguna tarea más placentera que me sugería dejar la nota para más adelante. Hasta el día de hoy, en que no he encontrado otra cosa mejor que hacer.  
(Agradezco a esa buena amiga que es Yolanda Mouzo sus oportunas advertencias sobre el carácter verdaderamente nefasto de la procrastinación) 

¿QUO VADIS, NAVIDAD?

  
La Navidad es una festividad religiosa que, en buena lid, solo deberían celebrar quienes creen en el misterio de la resurrección del Cristo. Porque sin la fe en Su victoria sobre la muerte, la existencia terrenal de Jesús de Nazaret no sería verdaderamente transcendente para la humanidad.

Soy de los que piensan que para reunir a la familia alrededor de una mesa y desearle felicidad a los amigos vale, y debería ser siempre así, cualquier día del año. Celebrar la Navidad es otra cosa: es recordar al Cristo y, sobre todo, a su mensaje de amor al prójimo.

En esta Navidad quiero pedirle a ese Creador cuyo rostro nunca he visto y al que apenas intuyo en el fondo de mi corazón que no se olvide de los humildes, de los oprimidos, los expatriados, los presos, de los que tienen hambre y sed de justicia en este mundo. A levantarles a ellos vino Cristo a la tierra, y quien lo dude debería leer los Evangelios con los ojos bien abiertos.

lunes

ONCE AÑOS

Cuando llegué a Vigo, hace once años, este abeto era un arbolito navideño que alguien prefirió plantar a arrojarlo en el contenedor de la basura


  Y Diego ni siquiera constituía un lejano sueño en la mente de sus padres
 
Un árbol y un niño pueden ser la mejor manera de resaltar lo bueno que puede traer consigo el paso del tiempo.
Todo lo que hagas con el corazón crecerá y dará fruto  a su tiempo, aún cuando nunca llegues a saberlo. 

TODO ES SEGÚN EL COLOR...


Suelo colocar macetas con plantas en el saliente que hay al otro lado de la ventana de cristal corrugado de mi baño.  Durante el día, cuando se mira desde el interior de la casa, el cristal de la ventana desdibuja esa macetas, haciéndoles parecer "pinturas" de cambiantes tonalidades. Todo depende de la luz que exista en cada momento, e incluso del color de la ropa tendida en el exterior... pero, sobre todo, lo que se ve depende de la particular imaginación del observador, con lo que algunos en casa creen ver maravillas donde otros no encuentran absolutamente nada.  

Probablemente el poeta Campoamor dio en la diana con aquello de que "en este mundo traidor nada hay verdad ni mentira: todo es según el color del cristal con que se mira". Por eso, por el efecto de los cristales corrugados, digo yo, es que (pícaros aparte) hay en este mundo tantas ideologías, creencias y personajes que se proclaman poseedores de la verdad absoluta. 

Pobres ciegos, que insisten caballunamente en guiar a otros ciegos.