Nada hay nuevo en este mundo, excepto el recién llegado a él.
En los últimos tiempos han empezado a ponerse de moda una serie de palabras fabricadas, digo yo, con la finalidad de resaltar la supuesta erudición de quienes las utilizan y la probable estolidez de quienes desconocen su significado.
La primera palabra de este tipo que escuché me pareció interesante: PROCRASTINACIÓN, voz que wikipedia define como "la acción o hábito de postergar actividades o
situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más
irrelevantes y agradables". Luego de pensarlo un poco comprendí que procrastinación es precisamente aquella actitud a la que en mi tierra se le llama "andar comiendo mierda por ahí". Ni más ni menos.
Otra palabra un poco más complicada, cuyo uso está tomando imparable auge en los círculos intelectuales, es SERENDIPIA; o sea: "un descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando
otra cosa distinta". A eso le decíamos en mi niñez "tocar la flauta de casualidad" o, si jugabas al billar, alcanzar algo "de chiripa". Así de sencillo.
Y ahora, ayer, escuché en boca de un conocido personaje televisivo el enrevesado vocablo RESILIENCIA, definida por la inefable wiki como "la capacidad de las personas o grupos de sobreponerse
al dolor emocional para continuar con su vida". Coño, ¿no es éso a lo que a lo que desde siempre en la calle le llamamos "echarle dos cojones (u ovarios) a la vida"?
En fin, que como escribió L. da V. en una pared del centro de Vigo: