domingo

AMANECER EN SANTA CLARA




La habitación donde duermo en Santa Clara tiene tres grandes ventanas y un balcón que da a la confluencia de dos calles bastante transitadas.

Los primeros ruidos de la jornada entran a mi habitación a eso de las cuatro de la madrugada cuando, de lunes a sábado, pasa galopando un caballo con un carretón cargado de vaya usted a saber qué cosas de metal. Luego, sobre las cinco y media de la mañana, se para debajo del balcón un vendedor ambulante que, incansable, repite hasta el aburrimiento: “¡Panadero, el pan suave! ¡Panadero, el pan suave! ¡Panadero...”; y a las seis y media otra voz más grave, al parecer de un señor corpulento, vocifera en el mismo sitio: “¡Vaya, el pan de corteza dura, mami! ¡El pan de corteza dura pa ti, mami!”. 

Todo esto amenizado por el canto de los gallos mañaneros, la eufórica algarabía de algún borracho trasnochado y los ladridos de los perros callejeros. Esa es la razón, y no la poesía, por la que casi siempre espero la salida del sol sentado en el balcón.


Desde mi balcón se domina en toda su extensión la calle san Vicente, que está fielmente orientada de este a oeste. Así, junto con el amanecer, todas las mañanas asisto al espectáculo de la gente que se ha levantado temprano para -a pie o encima de cualquier cosa que tenga ruedas- ir al trabajo, al colegio, al mercado, al médico, a donde sea…

Aquí van algunas imágenes del despertar de la buena gente en Santa Clara. 

 

 




 
 




EL SUEÑO DE VIVIR



EL AVARO

No me conforma la mitad de nada:
ni medio corazón ni medio día, 
no quiero un poco de melancolía,
ni la mitad de Dios ni de la espada.

Ni medio sol ni a medias tu mirada,
ni medio abrazo ni a medias el deseo.
En media libertad ni a medias creo.
A medias ni el dolor ni la estocada.

¡No quiero la mitad ni del olvido!
La mitad del dolor es tierra hoyada.
Una sola mitad tiene sentido.

Una sola mitad me da certeza:
La sencilla mitad de aquella almohada
donde repose, libre, tu cabeza.


El sueño de vivir (sonetos de amor y muerte), ganador del Premio CubaPoesía “Eduardo Kovalivker”, es uno de esos libros que crecen con el paso del tiempo.


Idiel Alberto García Romero -editor, poeta y novelista cubano- ha reunido en este volumen veintitrés sonetos necesarios, de los que alimentan el alma y ayudan a vislumbrar el buen camino.



INVENTARIO

Un cobarde con nombre de valiente.
Una puta con porte de señora. 
Una falsa alimaña seductora.
Un milano con nombre de inocente.

Un futuro difuso en el presente 
con un pasado mal resucitado. 
La certidumbre de un equivocado.
La consistencia de lo inconsistente.

Un olvido en el borde del recuerdo. 
Dos collares de perlas para un cerdo. 
Una adorable bruja en una pira.

La mejor horca para la inocencia
y detrás del perfume la indigencia
y la dulce canción de la mentira.


Idiel es un guajiro fiel hasta la muerte que busca la verdad bajo las piedras, que mantiene alta su frente mientras trabaja por el bien común y, de paso, de vez en cuando nos regala unos preciosos gramos de excelente poesía.

 
SIMPLEMENTE UN SONETO

Si pudiera un soneto salvarte de la muerte,
luchar con los demonios, reducir la jornada,
dispararle al silencio, hacer buena la suerte
    y darte la palabra cuando no dices nada.
…..  

 ¡Gracias, compañero!


DOS MISTERIOS PARA MÍ


Los catalanes ven salir el sol en el mar y ponerse en los montes, y los gallegos lo vemos nacer en los montes y ponerse en el mar. Según mi amigo Alfonso LP, esa es la causa fundamental de las evidentes diferencias que existen en la forma de ser de estos dos pueblos hermanos.

Para mi amigo, las islas, si son lo suficientemente pequeñas, constituyen la única manera de ver nacer y ponerse el sol en el mar; de comprender en toda su dimensión  el carácter cíclico de la existencia. Pero quizás solo se trate de una teoría etílica, de esas que pueden padecer incluso aquellos que solo beben agua mineral, como es el caso de Alfonso LP.

Hace un tiempo, no importa ahora cuánto tiempo, fuimos al Monte Alba a ver ponese el sol en el mar



Las vistas de la ría, acariciada por los cambiantes rayos del poniente, parecían de otro planeta
















Y yo, arrobado por tan inefable espectáculo, no pude menos que meditar en dos de los misterios cuyas razones jamás llegaré a comprender: el primero de esos misterios es el de la matemática precisión conque funciona el Universo infinito... y el segundo misterio insondable es el del precio del litro de gasolina, que se mantiene practicamente estable cuando el pretóleo baja en el mercado mundial y sube escandalosamente en cuanto éste se recupera un poco.
Son cosas incomprensibles para la gente común y corriente.

lunes

HASTA EL FIN DEL MUNDO


La editorial Sed de Belleza acaba de publicar Hasta el fin del mundo, la novela que en una memorable noche de música y reconciliación me inspiraron Bebo y Chucho Valdés, y que en 2009 vió la luz en su edicion española. 

Hasta el fin del mundo está disponible ahora para los lectores que mejor la pueden comprender: los cubanos, especialmente los de mi querida ciudad de Santa Clara.

Sobre esta novela, el editor y crítico literario Ricardo Riverón Rojas ha escrito en la web Cuba Literaria la reseña que con gusto comparto aquí 

http://www.cubaliteraria.com/articuloc.php?idarticulo=21664&idcolumna=37 

Espero que muchos de mis hermanos disfruten con este inusual Camino de Santiago; una historia pensada para sonreir, y también para meditar en las razones e instintos que mueven nuestras vidas. 









 


miércoles

EL HOMBRE QUE PLANTABA ÁRBOLES

Hace algún tiempo el francés  Jean Giono escribió la historia de un pastor solitario que, sin ningún beneficio para él, sembraba, día tras día, bellotas de encina en un olvidado páramo. Y mientras el  pastor  protegía los pequeños arbolitos de sus propias ovejas, el mundo que le rodeaba se desangraba en conflictos estériles.

Cuarenta años más tarde miles de personas vivían en el hermoso valle en que se había convertido el páramo; y ninguna de ellas sabía que el creador del valle, el  pastor solitario, era uno de los pobres ancianos internados en un hospicio cercano.

El hombre que plantaba árboles es mucho más que otro cuento con moraleja: es un mensaje al corazón y un dedo que apunta al verdadero sentido de la vida. 

Si quieres conocer y aprender de esta historia aquí van los enlaces al texto en pdf y a una interesante película comentada del mismo. 

http://www.ayto-crivillen.es/documentos/el-hombre-que-plantaba-arboles.pdf

https://www.youtube.com/watch?v=fkmLrNmhLeU


 

lunes

EL MIRLO Y EL PETIRROJO

Sigo el paso de las estaciones por las aves que revolotean en mi patio.
La primavera y el verano son, básicamente, de los mirlos. Siempre hay una pareja que pronto ve aumentada la familia por la súbita aparición de uno o dos pichones de color más claro que sus padres. Así, en la época de los días largos, el canto del mirlo me despierta por las mañanas desde el tejado de la casa.


Pero con el otoño llega una pareja de petirrojos. No sé si será siempre la misma, pero aparece el día menos pensado y durante los meses del otoño-invierno desplaza a los mirlos del patio. En el tiempo de los días cortos, del frío y la lluvia, el petirrojo macho anuncia con su canto la llegada de cada nuevo amanecer, posado exactamente en el mismo sitio donde en los meses del calor reinara el mirlo.



A mediados de septiembre los amaneceres suelen ser particularmente luminosos en el sitio donde vivo.


Y esta mañana, con la llegada del sol, he visto de nuevo al mirlo y al petirrojo compartir el tejado por primera vez en este año. El mirlo aún en su trono, en lo más alto; el petirrojo unos metros más abajo, listo para ocupar su sitio con la llegada de la primera gran borrasca. Ambos nos anuncian que agoniza este verano y un nuevo otoño está a las puertas de nuestras vidas.



Ojalá que el mirlo y el petirrojo pudieran convivir  juntos todo el año, anunciando a dúo cada nuevo día que nos es dado bajo el sol.

 

jueves

QUÉ SERÁ

A comienzos del año 2000, justo antes de la llegada del nuevo siglo, yo solía sentarme por las tardes en la puerta de mi casa, viendo a la gente pasar por la calle de mi vida. Faltaba poco tiempo para el viaje definitivo a España; culminaba una etapa y empezaba otra, llena de esperanzas e incertidumbres.
Sentado en la puerta, por lo general sin camisa y descalzo, tarareaba una y otra vez la letra de "Qué será", la canción de José Feliciano, por esa época un cantautor poco divulgado en Cuba.

Pueblo mío que estás en la colina
Tendido como un viejo que se muere
La pena, el abandono,
Son tu triste compañía
Pueblo mío te dejo sin alegría

Mis amigos ya se fueron casi todos 
Y los otros partirán después que yo 
Lo siento, porque amaba
Su agradable compañía
Mas es mi vida y tengo que marchar....
 

Qué será, qué será, que será
Qué será de mi vida, qué será,
En la noche mi guitarra
Dulcemente sonará
Y una niña de mi pueblo llorará...

Quince años después de haber partido, regresé a Santa Clara y desde la puerta de la que fuera mi casa miré de nuevo la calle de mi vida. Poco había cambiado. La ciudad continuaba agonizando y las rutinas de siempre anidaban en ella. Tal y como anticipara la canción de Feliciano, muchos de mis amigos habían marchado después que yo, y los que optaron por seguir allí languidecían a la espera de alguna llamada de sus hijos; porque los hijos de los que se quedaron, terminaron marchando ellos mismos.

Tantos años después, la mayor parte de los sueños que me impulsaron a partir se han cumplido. Ha pasado el tiempo, trayendo nuevas esperanzas y nuevos sueños; y hoy como ayer, ahora sentado en el jardín de mi nueva casa, sigo tarareando el estribillo de la vieja canción de Feliciano:

Qué será, qué será, qué será
Qué será de mi vida, que será...
▶ José Feliciano Que será


martes

SPLENDOR IN THE GRASS

En 1798 el poeta inglés William Wordsworth escribió su "Oda a la inmortalidad", poema que en 1961 inspiró a Elia Kazan la realización de la película "Esplendor en la hierba", considerada una de las obras maestras de la historia del cine.
Y gracias a mi buen amigo ALP, ayer descubrí una bellísima canción de Pink Martini, "Splendor in te grass" (2009), inspirada también en el más que bicentenario poema de Wordsworth. Esta es la canción:
  ▶ Pink Martini - Splendor in the Grass | Official Music Video - YouTube

Este es el texto del poema original de Wordsworth:


Aunque el resplandor que en otro tiempo fue tan brillante
hoy esté por siempre oculto a mis miradas.
Aunque mis ojos ya no puedan ver ese puro destello
que en mi juventud me deslumbraba.

Aunque nada pueda hacer volver la hora
del esplendor en la hierba, de la gloria en las flores,
no debemos afligirnos
porque la belleza subsiste siempre en el recuerdo.
En aquella primera simpatía
que habiendo sido una vez, habrá de ser por siempre,
en los consoladores pensamientos
que brotaron del humano sufrimiento,
y en la fe que mira a través de la
muerte.

Gracias al corazón humano, por el cual vivimos,
gracias a sus ternuras, a sus alegrías y a sus temores,
la flor más humilde, al florecer,
puede inspirarme ideas que, a menudo,
se muestran demasiado profundas
para las lágrimas.

¿Por qué escribo todo esto hoy? Porque quiero compartir con ustedes una canción, película y poema que me parecen magníficos. Además, hoy cumplo 64 años, y para mi generación también empiezan a quedar atrás los días de "Esplendor en la hierba"... 


viernes

EL PRIMER DÍA DE LA PRIMAVERA

Mañana tenue, templada, amable. La luz del sol acaricia las hojas del limonero del patio, vistiéndole de un dorado inefable. Silencio total, paz absoluta en el aire, sensación de bienestar. Es en el silencio donde mejor se comprenden los ruidos de la vida.

Un gorrión pasa volando, feliz, rumbo al nido que está construyendo; y los mirlos escarban la tierra en busca de los primeros insectos de la temporada. La naturaleza estira sus brazos y bosteza.

Hoy comenzó la primavera, hubo un eclipse de sol y se abrieron las primeras margaritas de mi patio. Hoy le pido humildemente al Creador que haga cumplir nuestros mejores sueños, los tuyos y los míos.